No todas las empresas consideran que los correos electrónicos no deseados que reciben sus empleados sean un problema.
Aquellos que usan Office 365 pueden decir que tienen filtros antispam incorporados, por lo que no ven ningún problema. Sin embargo, a pesar de que los filtros de Office 365 eliminan la mayor parte de la basura, los pocos bits que sobreviven son suficientes para dañar de forma significativa a una empresa.
Para empezar, la “industria del spam” no descansa. Los atacantes inventan nuevos métodos y tecnologías para evitar los filtros. Envían correos desde diferentes direcciones para engañar al filtro de reputación o usan generación automática de dominios, entre otros.